El arte culinario del mole: historia, ingredientes y preparación
Armando Nevárez Acuña
El mole es uno de los platillos más emblemáticos y deliciosos de la gastronomía mexicana. Esta salsa espesa y sabrosa se caracteriza por su complejidad de sabores, que incluyen chiles secos, especias, frutas, chocolate y otros ingredientes. En esta guía, te llevaremos a un viaje culinario para descubrir cómo se hace el mole, desde sus raíces históricas hasta su elaboración paso a paso.
Historia del mole
El mole tiene sus raíces en la época prehispánica de México, donde los pueblos indígenas creaban salsas utilizando una variedad de ingredientes locales. Con la llegada de los españoles, se incorporaron nuevos ingredientes como el chocolate, las almendras y las especias, dando origen al mole que conocemos hoy en día.
Ingredientes principales
Los ingredientes tradicionales del mole pueden variar según la región, pero los más comunes incluyen chiles secos (como el ancho, pasilla y mulato), tomate, cebolla, ajo, almendras, pasas, chocolate, especias (como canela, clavo y comino) y tortillas fritas. Estos ingredientes se combinan para crear una salsa rica y compleja.
Preparación del mole
Preparación de los chiles: Los chiles secos se limpian, se desvenan y se remojan en agua caliente para ablandarlos.
Tueste de ingredientes: Se tuestan los chiles, las especias y las tortillas en un comal o sartén caliente para realzar sus sabores.
Cocción de los ingredientes: Se cuecen los chiles junto con los tomates, cebolla y ajo hasta que estén suaves. Luego, se licúan con el resto de los ingredientes sólidos y un poco de caldo de pollo o vegetales.
Cocimiento de la salsa: La mezcla se cocina a fuego lento durante varias horas, revolviendo ocasionalmente, para permitir que los sabores se mezclen y se desarrollen.
Finalización con chocolate y almendras: Al final de la cocción, se añade chocolate y almendras molidas para darle un sabor rico y aterciopelado.
Variantes regionales
Cada región de México tiene su propia versión de mole, con variaciones en los ingredientes y la preparación. Algunas de las variantes más conocidas incluyen el mole poblano, el mole negro de Oaxaca y el mole almendrado de Guerrero, cada uno con sabores únicos y deliciosos.
Servir el mole
El mole se sirve tradicionalmente sobre pollo o guajolote (pavo), acompañado de arroz y tortillas calientes. Se puede espolvorear con ajonjolí (sésamo) y se sirve como plato principal en ocasiones especiales y festividades.
En resumen
El mole es mucho más que una salsa: es una representación de la rica historia y cultura culinaria de México. Con sus sabores complejos y su elaboración meticulosa, el mole es un tesoro culinario que vale la pena explorar y disfrutar.
¡Anímate a preparar tu propio mole y disfruta de esta deliciosa y tradicional salsa mexicana en la comodidad de tu hogar!